miércoles, 11 de agosto de 2010

A las vacas les gusta mucho la sal








Manuel Fernández, autónomo del ramo de la electricidad, es a su vez el vaquero familiar. Cuida de las vacas, llevándolas a los prados en verano y estabulándolas en invierno. Tiene una treintena de cabezas en Ventaniella, en el hayedo de la Salguerosa, a 1185 metros de altura cruzado por el río Ponga, que en esa zona acaba de nacer en la fuente de la Salguerosa.
Una coincidencia hizo que ese día nos conociéramos allí, cuando iba ha echarle un ojo a sus vacas y les llevaba la tan apreciada sal.
A las vacas, como a cabras, caballos etc. en verano y en los puertos, les encanta que las conviden a sal. A una voz de su dueño, las vacas avanzan nerviosas acercándose a él, que les lleva la sal. Se arremolinan, se empujan, te presionan, para que les des cuanto antes la sal; esa sal que les activa el trote desde lejos. Se relamen, sacan su oscura lengua, chupa que chupa, en la mano de su dueño, en la piedra en donde éste ha dejado parte de la sal. Qué contentas se ven a las vacas con un poco de sal. ¡Quién lo diría! Para un profano como yo en estas lides vacunas, es todo un descubrimiento.
Desde luego empujar... empujan; mientras fotografiaba a D. Manuel el vaquero, dándoles la sal, una de ella debió de pensar que yo no les daba nada de sal y me dio con su testuz a modo de aviso... por poco salado, digo yo. Confirmo y certifico que a las vacas ¡les gusta mucho la sal! y yo sin saberlo... y eso que me apellido novillo.

Las Razones
Parece ser que la sal es uno de los minerales más importantes en la alimentación de las vacas, junto al fósforo y al calcio; mientras que otros minerales como el magnesio, cobre y zinc solo son requeridos en algunos hábitats específicos donde la vegetación sea pobre en dichos nutrientes. Obviamente, estamos hablando de las vacas utilizadas por el hombre para explotarlas; pues los bovinos en la naturaleza, no requieren suplementos. Pero ya que obviamente hablamos de la gran mayoría de las vacas, explotadas por el hombre, la sal es agregada precisamente para estimularles el apetito. El apetito no se incrementa "porque les da más sed".... La explicación técnica sería muy rebuscada, pero en síntesis, el aumento de apetito se da al ser estimulados los iones de cloro dentro del organismo de las vacas con ese exceso de sal, activando una señal de "necesidad de comer" en los sistemas digestivo y luego nervioso de los animales. Y sí que resulta para la ganadería, pues se ha demostrado que al aumentar la ingesta de sal en grupos completos de vacas, la producción de leche aumenta hasta en un 15%.

6 comentarios:

  1. Vicente, acabo de entrar en su Blog por casualidad y me ha encantado. Muy buen trabajo. Me uno a los seguidores.

    Buscaba fotos de la carretera a Casielles y Viboli y me encontré con la sal... Me hizo recordar:
    Cuando era niña me atiborraba a pipas viendo la película de la tarde de los sábados en la salita de mis padres y en vez de tirar las cáscaras, siempre las guardaba en bolsas de plástico de esas grandes, de supermercado. Se las llevaba en vacaciones a las cabras de mis abuelos...
    ¡Se volvían locas nada más verme aparecer!

    Un saludo.

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  2. Que lindo reporte, esto solo lo entienden los que saborean la esencia de la vida.

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  3. Una pregunta acaso una vaca puede morir por comer sal en exceso??.

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  4. wau increible no sabia que ha las bacas les gustaba la sal


    saludos desde colombia

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